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viernes, 3 de diciembre de 2010

Volvì a intentar. Intentè con ayuda, pero nada saliò. Empece a sentirme mariada, el aire se cerraba en un gran aujero negro y la luz de la luna reflejada a travèz de la ventana iba perdiendo su brillo. Intentè concentrarme, intentè lograrlo una vez màs. Volvi a mirar fijo hacia su direcciòn e intentè nuevamente. Sentia el sudor caer sobre mi frente, mi pecho se cerraba y me costaba respirar. Iba perdiendo la conciencia y la nociòn estaba en el màs alto precipicio a punto de caer. Me sentì perdida, como cuando tenia tres años y me perdì en esa colina y gritaba desalmadamente llamando a mi mamà para que me ayude. Pero esta vez era distinto, porqe yo gritaba pero nadie me escuchaba. Gritaba y el sonido quedaba suspendido en el aire, como una melodia que nadie quiere tocar por miedo a romper el silencio.
Me repuse y quede parada frente a frente. Me aferrè a lo primero que vi y me apoye sobre mi propio brazo. Ya no me quedaban fuerzas, no encontraba otra salida.

Basado en hechos reales.

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