Seguidores

viernes, 4 de febrero de 2011

Una mañana de otoño...

Encontré las pastillas tiradas en el suelo. No habia nadie cerca, lo unico que podia llegar a pensar era que yo las habia tirado dormida cuando levanté esa mañana sin ganas de empezar la rutina nuevamente. Tomè el cafè matutino, agarré la camara y partí sin rumbo. Desde muy pequeña me habian gustado los cursos de fotografia que daban en mi pueblo, pero nunca me decidí por empezar uno. Mi papá no aceptaba mis dotes artisticos y mi mama , que muy a pesar de todo se sentia orgullosa, no podia oponerse a la autoridad de mi padre. No era que no tenia tiempo libre, todo lo contrario. Pero prefería salir yo en las mañanas de otoño a buscar lugares donde nunca nadie habia estado antes, buscar lugares para dejarlos marcados con mi aroma, exprimirlos hasta sacar lo mejor de ellos. Nunca llegué a pensar que esa misma mañana de otoño te iba a encontrar a vos, nunca se me pasó por la cabeza la idea de rellenar el vacio que habia en mi. Nunca creí que te encontraria en ese mismo lugar. Nunca me imaginé que vos también ibas a estar sin rumbro, bajo un arbol, esperando algún milagro, esperando que se valla lo malo y venga lo bueno. Nuca imaginé que de la nada ibas a aparecer, tan perfecto para mi.

No hay comentarios: