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viernes, 22 de abril de 2011

Me gusta ir y hablar conmigo misma. Leer un libro o simplemente acostarme a dormir. Me gusta porque no escucho ningún ruido, (especialmente de motos, teniendo en cuenta que hay un taller al frente de mi casa) o por como me dijo mi papa un dia: Es mi casa hoy, y mañana también.
Tengo mis cosas, mis libros, mis cuadernos y lapices, mis cartas (que pasaron de generación en generación), mi almohada, mis frazadas, pero por sobre todas las cosas MI CAMA. Amo ir y dormir, mirando por la ventana hasta que mis ojos al fin caen rendidos. Llego y nadie me molesta, puedo gritar y cantar sin que nadie me escuche. Puedo escribir sin que me pregunten que dice y estudiar sin que me atropeye los pies. Puedo mirar a un costado y ver el horizonte, las bardas, los arboles. Mirar hacia arriba y ver el cielo. Cielo y nada más. ¿Qué es eso de cables, postes, construcciones, calles? No, nada de eso hay en mi casa. Porque mi casa se basa en una construcción de hace muchos años, con una gran estufa, muchos muebles antiguos y muchas historias encerradas en el ropero de unos niños que jugaban en algún lugar a la pelota, de unos hombres solitarios que dejaron todo a su familia, de mujeres que se hartaban de la histeria masculina y volvian al pueblo.
Mi casa se basa en amor, tolerancia y paciencia.
Paciencia para crecer y estar unidos.
Paciencia, porque somos una gran familia.

1 comentario:

Meli ! dijo...

Linda entrada :) feliz pascua :)