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domingo, 28 de agosto de 2011

Veía una cara negra que sonreía sin ganas. ¿Y vos donde estabas?
Sin embargo te miraba hipnotizada, como un punto fugaz que desaparecía por momentos. Pero mi mente estaba clara y no necesité explicaciones, ni consuelos. Y una vez más resonaba en mi cabeza las canciones que alguna vez sentí que Fito compuso para mí, esas que grité, que lloré, que consumí en esas tardes de verano mientras pensaba en vos.
Y... no. Ya te has ido, ya no queda nada.
Y ese es el consuelo de los indefensos.
Welcome to my life.

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