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viernes, 17 de diciembre de 2010

¡A tapar pozos amigos!

Quise desprenderme de vos, pero no pude desde el primer momento en que te vi.
¿Viste que los amores imposibles no existen?
Diò tantas vueltas la ruleta, y al fin nos encontramos en la misma senda, en el mismo camino y el mismo dia.
Encontramos alas y estabamos aprendiendo a volar.
El problema fuè cuando despegamos. Tus alas andaban, las mias no. Me habia olvidado de construirme un paracaidas que me salve de tu amor. Tu 'amor', si es que asi se le puede decir a esa especie de cariño que le tenes a las personas. Teniamos respuestos si, pero el frio de tu corazòn se apoderò de tu mente y perdimos la cordura. Vos seguiste con tu camino, trepàndote a un arbol. Yo quedè suspendida en el aire, miràndote desde arriba como un angel guardiàn. Pero a todos nos toca el turno de despertar de la oscuridad algùn dìa, o mejor expresado de 'caer'. Por suerte caì sobre unos musgos que habia cerca. Me amortiguaron la caìda y no me doliò tanto. Lo que si me doliò fue observarte mientras caias en los pozos que construias vos mismo sin darte cuenta.
Por suerte, aprendì a saltar tus pozos y a destruir los mios.
Hoy no solo me considero un pàjaro que sabe volar, si no que tambièn aprendì a construir paracaidas y a no saltar los pozos, si no a taparlos. A fin de cuentas, la ruleta da vueltas y siempre paramos en el mismo punto, pero quedate tranquilo, que por màs que termine en el mismo punto, esos pozos ya no estàn, porque fueron tapados por alguien que si tiene ganas de vivir.

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