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martes, 31 de mayo de 2011

Entro y la veo en el fondo. Bueno, todo bien flaca, yo hago la mia y vos la tuya. Empiezo con la escaladora, miro por la ventana. ¿Quien está mirando? Si si, vos mi amor. Te reís. ¡Esa sonrisa tan fea y espantosa que tenés! Ok, sigo sigo, no problem. Nos miramos entre las dos, corrés la mirada e intentas ocultar una sonrisa. WTF!
¿Qué tengo de raro? ¿Te dan risa mis rulos? ¿Soy tan ridicula cuando hago gimnasia?
Ok, sigo. Adbominales. Me mirás, te reís. Me canso de la situación, ¿y saben que hago? A partir de ahora te miro cada tres segundos a proposito y cada vez que nuestras miradas se cruzan largo una carcajada violenta, que aunque todos me queden mirando no me importa, sé que vos sabes que no me caes bien, sé que por alguna extraña razón cada vez que nos mirás empezás a reirte. Pero dejá de ser pelotuda, por favor. Nos cansaste. Desde el primer día que pisamos el gimnasio vos estás. Y desde ese dia nos miras y te reís. ¿Tan boluda podés llegar a ser?
Si, hay gente que da extremadamente risa. Y otra, que se rie y vos no sabés porque.

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