Es ahí cuando descubro la telaraña que el destino va tejiendo cada día, con cada paso, con cada lagrima. Y yo que soy de las que no les importa decir 'estoy mal', o llegar al colegio con mala cara cuando todo está realmente derrumbandose, yo que soy de las que creen que cuando algo deja de doler, es porque ya se acabó, es poder decir ''llegamos al final''. Sin embargo, cuando menos lo esperamos, esa vieja herida vuelve a aparecer, y con ella hace su presencia la pena. Es mirar hacia atrás desde la copa de un arbol, sin querer bajar por miedo de volver o simplemente de poner los pies sobre la tierra. Por que hay algo de lo que si estoy segura, y es que los sentimientos siempre van a ser inalcanzables para mi, siempre van a ser idealizados con palabras y definiciones que algún loco inventó.