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viernes, 10 de junio de 2011

Son esos momentos en los que te sentás con la mirada perdida en algún punto que no alcanzas a reconocer y empezás a indagar en tu memoria hasta llegar a tal punto de presenciar un huracán de emociones. Por que todos en algún momentos recorremos los caminos de la melancolía del pasado, de nuestro otro yo, el viejo, luego de ver pasar la vida y atravesar derrotas o alguna que otra felicidad incierta.
Porque me encontré en un camino recto donde habían muchos edificios altos, algunos autos pero no alcanzaba a visualizar a nadie. Estaba sola, mas bien perdida. Empecé a caminar, estaba tranquila, raro en mi que suelo tender a desesperar.
Entonces te vi, estabas en el fondo y te vi.
Y me puse a pensar, que aunque el dolor haya menguado, todavía de vez en cuando me acuerdo de vos en algún sueño. Y aunque no quiera admitirlo, es hermoso volver a probar el sabor de tus labios dormida, mientras vuelvo a revivir esos encuentros que hace un tiempo atrás, eran mi única razón de existir.

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