Abrir los ojos y que estés ahí, mirándome, acariciando una vez más mi piel con tus dedos. Que juegues con mi pelo, que me hagas cosquillas donde sabes que me gusta y me hables al oído con un susurro, para que las paredes no escuchen.
Entonces me doy cuenta de lo indispensable que te hiciste para mi en todo este tiempo, como en 7 meses te llegué a querer tanto. Y me haces bien, con tu sonrisa y abrazos.
Como tu no hay dos.
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