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viernes, 1 de marzo de 2013

   Cosas que no se olvidan. Cosas que afloran como el primer día en que nacieron de ese pequeño capullo color carmesí. Cosas que son necesarias en ese espacio que quedó entre el corazón y los recuerdos. Ese pequeño dolor que se fue calmando, que desapareció. Esa canción que te hace volar, que te hace volver a aquel día, que te llena de nostalgia, que te hace sentir que todo lo que vivimos fue un error. Un error de cálculo, del tiempo y el destino.
   No quisieron que seamos felices. No quisieron que nos unamos en un solo espiral, que tu sonrisa sea la mía,  que sostengamos nuestras manos mientras miramos la lluvia caer, esa que algún día provocó soledad y necesidad del otro, pero ahora no es más que la música de fondo que nos acompaña, que nos ve nacer desde nuestra intimidad, que nos invita a ser otros.
   El mundo no te quería ver feliz, pero yo sí.

1 comentario:

Irene dijo...

Me gusta. Es el tipo de texto que podría escribir cuando escucho esa canción que me recuerda a él... Odio los errores del tiempo y el destino.