Seguidores

sábado, 4 de junio de 2011

Y entonces te miré, ¿te acordás? estábamos los dos parados, frente a frente, sin importarnos donde ni quienes nos miraban. Eramos vos y yo, así como suena, tan simple y complicado a la vez. Y así nos fuimos desasiendo hasta formar destellos en el aire que lentamente se fueron mezclando con mis lagrimas, con el sabor amargo de la cruz que llevo en mi espalda.
Siempre fuimos de dar vueltas, es hora de admitirlo. Siempre nos gustó bailar lo nuestro; para un lado y para el otro, para atrás y al centro, pero nunca para adelante.
Porque tenemos tantas cosas en común hasta el punto de asfixiarnos con nuestra propia libertad.


1 comentario:

Maria José dijo...

Que lindoooooooo
me gustó :) Un abrazo ♥