Seguidores

lunes, 14 de octubre de 2013

Maktub

   Es muy probable que esta entrada sea muy parecida a otras cientas que he escrito, pero he aquí mi dilema, la historia que se repite una y otra vez....
   ¿Que hacer cuando una persona te llena el alma pero a la vez te hunde 5 metros bajo tierra? Cuando queres alejarte, pero hay algo,  tal vez sea amor, que no te deja avanzar ni dos metros.
   Hace tiempo llegó mi turno de decir adiós, de desatar el nudo que nos mantiene unidos pero...


   Hay personas únicas, que aparecen en nuestro camino por ''arte de magia'', como si alguien barbudo, vestido de blanco, lo hubiese escrito en un libro marrón, viejo, gigante, sobre un asiento de nubes. Ese Maktub, ese Destino, ese Dios, como prefieran llamarlo, sabe lo que hace. 
   En ese instante mágico que separa la realidad de la ficción, algo muy dentro nuestro hace chispas, un cortocircuito, se prenden las lamparas y de golpe todo cobra sentido. Estamos en ese lugar y a esa hora por algo y para algo. Nos citaron para un encuentro con la vida misma, una nueva oportunidad de crecer espiritualmente, de encontrarnos con nosotros mismos, para volver a sonreír por lo menos una vez más.
 
   Los seres humanos somos perfectamente imperfectos. Necesitamos completarnos en el otro (y una vez que lo logramos, tomo la palabra de un gran escritor argentino, ''los hijos son una insatisfacción de los padres, ese deseo de trascender, de realizarse''). En fin, retomando con la idea del párrafo...
   De tal modo que esa chispa se va acabando cuando nos damos cuenta que la otra persona no nos satisface del todo. Pienso que no hay nada peor que sentirse atado a una relación. Dejaste de ser vos por estar cerca de alguien que te completa, o en este caso, te absorbe hasta hacerte pensar que vos sos el/ella y tenes que pensar así y asá. Como esa persona ya no llena nuestra parte vacía, decidimos volver a empezar.
    Pero no es fácil, aunque este es un tema del cual prefiero no hablar.

   Soy malditamente imperfecta, fui condenada a vivir en este maldito cuerpo que no elegí (hubiese preferido  ser una planta, no sentir nada, carecer de sistema nervioso por completo), a tener sentimientos que me hacen tan perfectamente bien al mismo tiempo que me destruyen por dentro, a sentirme tan incompleta conmigo misma que constantemente necesito plantearme objetivos, a odiar al f*** sistema pero ser parte de el. Odio conocerme tan bien, saber que siento y como solucionarlo pero no tener el valor de hacerlo por pensar en los demás y no en mi. ¿Pero si es la persona que más amas en el mundo? Esa única persona que te hizo sentir completa, que donó momentos de su vida para hacerte sonreír, para satisfacer tu deseo humano de ser uno los dos... Querer que acabe, pero a la vez cuando miras todo el camino que hicieron juntos, tener miedo a soltar la mano, a perderse para siempre, a volver a enfrentar la búsqueda desenfrenada de ese misterioso alguien.


   Otra entrada sin sentido, a quien le importa.
   Amén.

No hay comentarios: